La primera visita estuvo coordinada por Gonzalo Lantaron y debido a la masiva concurrencia, tomamos la precaución de contactarnos con el servicio jurídico del Colegio de Abogados de Campana Escobar, donde tomamos conocimientos de los enormes esfuerzos que allí llevaban a cabo para poder dar respuesta a las consultas que llegaban en cada día de atención.
Fue la oportunidad donde conocimos a Analia Guinzburg quién acepto ponerse al frente del voluntariado iadepp en la zona para comenzar en el año 2010 nuestra presencia territorial.
No tardamos mucho en llegar a la Defensoria del Pueblo de la ciudad y allí comenzamos una etapa donde buscamos coordinar esfuerzos con esta institución, ya que nuestra capacidad de trabajo en la zona era más que limitada, sumándonos al equipo de trabajo.
Con el tiempo, además de los indocumentados argentinos, se acercaban a buscar asesoramiento y consultas los inmigrantes en forma cada vez más frecuente.
Es por ello que Analia Guinzburg y Gonzalo Lantaron decidieron acercarse al Barrio Lambertucchi para tomar contacto con la Comunidad Boliviana allí residente.
La invitación nació de Clementina Huaranca, presidenta de
Luego de conversar un largo rato
con los vecinos del barrio el grupo de voluntarios del iadepp comenzaron a atender los diferentes y variados casos
de irregularidad migratoria, encontrando innumerables casos de residencias
vencidas, trámites iniciados y abandonados antes de llegar a la
residencia, documentos y cédulas del país de origen
deteriorados, vencidos o inexistentes.
Con poco creemos que se pudo hacer mucho, ya que en
una próxima visita podremos iniciar en Migraciones los trámites
correspondientes surgidos de cada consulta
Frente a este
panorama asumimos el compromiso de reforzar nuestra presencia en la
zona, dando respuesta a la enorme demanda que allí encontramos.
Nuestro
gran desafío es regularizar a los residentes del barrio y lograr el acceso total a derechos para los inmigrantes de la
comunidad de Escobar.
Seguramente comenzaremos una campaña convocando voluntariado para continuar allí un camino iniciado hace algunos años y del cual nos sentimos orgullosos.
Un reconocimiento a Gonzalo Lantaron y Analia Guinzburg por todo lo hecho.
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