sábado, 23 de octubre de 2010

El nuestro es un relato político joven

Los jóvenes que nacieron a comienzos de la década del cincuenta cortaron para siempre la cadena de trasmisión oral de costumbres de padres a hijos en forma acrítica, fueron obligados a pelearse con sus padres para lograr su espacio propio. La historia les otorgo el mote de “rebeldes”, asociando desde entonces a la juventud con esta actitud.

Aquellos que descubrieron la política en aquellos años siguen considerando que los jóvenes son o deben ser rebeldes por edad, que las ideas políticas deben ser siempre rupturistas y que la participación se da en las manifestaciones callejeras y hoy ya viejos de ideas, creen que la dinámica social es estática y con dedo acusador dicen que los Jóvenes hoy no participan.

Los vetustos relatos del grupo Carta Abierta, así como la mayoría de los que se autodenominan “progresistas” no comprenden que los jóvenes hoy no es que no participen, sencillamente pueden llegar a compartir la misma música que sus Padres, ir con ellos a un concierto, hay dialogo y las relaciones familiares son mayoritariamente horizontales

¿Cuántos son los partidos políticos que hablan del futuro? ¿Cuántas agrupaciones juveniles tienen como agenda el reemplazo del pizarrón por un sistema que use imágenes para educar? ¿Cuántas son las marchas que se realizan a favor de incorporar al alumno como prosumidor de la educación y no como un simple consumidor?

Estamos hartos de los que se llenan la boca hablando de la educación pública y mandan a sus hijos a una escuela privada, los que hablan de la pobreza y acumulan fortunas.

Dijimos que vamos a sacar de la arqueología a las ideas políticas en la Argentina.

Nosotros tenemos como hacerlo. Hace falta una fuerte renovación de ideas, no resurrecciones epócales que calman la angustia de ideas que se saben muy viejas.

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